there’s a feeling, a weird one, that tries to tell me that I shouldn’t do certain things, or that’s what I believe that myself should be doing, telling me no to do what I shouldn’t.   I don’t know what to do, the point is that I feel that I should do something, there’s something telling me that I must act; and maybe it’s true.Should or shouldn't?
Posted in on 2:52 a. m. by Anafran Henriquez
 there’s a feeling, a weird one, that tries to tell me that I shouldn’t do certain things, or that’s what I believe that myself should be doing, telling me no to do what I shouldn’t.   I don’t know what to do, the point is that I feel that I should do something, there’s something telling me that I must act; and maybe it’s true.It really hurts!!
Posted in on 2:47 a. m. by Anafran Henriquez¿Alguna vez han tenido que alejarse de alguien, porque se hacen daño el uno al otro? ¿Por qué la línea que separa la amistad y el amor se ha vuelto tan fina que es casi imposible de ver? ¿Y cuando hasta la vida le ha arrojado una lluvia de señales tratando de decirles que lo mejor es alejarse?
Duele, ¡realmente duele!! Y es que cuando dos personas se llegan a comprender tanto, a entenderse, a saber tanto el uno del otro y hasta casi saber cómo piensa el otro, es imposible evitar llegar a ver a esa persona como algo más que a un amigo. Y por más que lo quieran ocultar, al final siempre surgen, del rincón más profundo de nuestro corazón, ese mundo de emociones y sentimientos que se hace difícil ya de esconder; y que siempre habían estado allí, jugando con nosotros mismos a no existir, a asomar las narices por las esquinas de la felicidad cuando las risas son interminables, y a escurrirse por los huecos que dejan las lagrimas y las tristezas; y es entonces cuando nos damos cuenta, de que esa persona siempre ha estado ahí, y que sin querer simplemente la amamos! Y es cuando surgen las esperanzas, las ilusiones, los sueños… las ganas de compartir más y más, de simplemente estar allí.
A veces la vida se torna más bella, pero en ocasiones la misma nos dice a gritos, que no queremos escuchar, que simplemente no nos toca, que nos es el momento. Y es cuando, de repente, todo se va nublando y queremos obviar todo aquello que nos quiere hacer imposible que soñemos, que intenta derribar nuestras ilusiones y que juega con nuestras esperanzas; deseando luchar hasta el último respiro, y solo porque de verdad creemos que es posible y que vale la pena. Pero al final cuando las dudas y la inseguridad nos hacen ver quizá la realidad, la razón rodeada de confusión termina rindiéndose ante los gritos desesperados de la vida. Y todo se esfuma.


